El mes pasado la cervecería británica West Berkshire Brewery pidió ayuda a sus accionistas y nuevos inversores: la compañía estaba a punto de quiebra debido a la cuarentena anunciada en el país. Para atraer a más inversores nuevos la cervecería lanzó una campaña de financiación colectiva en uno de los sitios web de crowdfunding.
Como resultado, más de 1.100 inversores respondieron a la solicitud, cada uno de los cuales se comprometió a contribuir entre 10,000£ y 25,000£. Unas semanas más tarde el actual director de la cervecería, Tom Lucas, anunció que habían logrado recaudar 900,000£ de sus propios accionistas y otras 450,000£ a través de una campaña de crowdfunding en Internet. La cantidad recaudada permitirá a la empresa comprar equipos de envasado, conservar cientos de plazas laborales e incluso comprar otro pub.
La cervecería premió a los inversionistas que participaron en la recaudación de fondos con unos descuentos, unos tours y una suscripción a la entrega de cerveza a domicilio, sin importar el importe invertido.
El apoyo como este a los negocios locales durante la pandemia es su oportunidad para sobrevivir, opina Neil Cox, quien ha invertido más de 200£. Gracias a las plataformas de crowdfunding y los inversores, muchas empresas podrán mantenerse a flote incluso si la crisis empeora.
La campaña masiva de crowdfunding provocó un aumento en el interés en la cervecería, lo que cuadruplicó sus ventas en línea. Por extraño que parezca, la pandemia se ha convertido en un catalizador del crecimiento de la empresa: además de desarrollar sus ventas en línea, West Berkshire Brewery comenzó a vender cerveza a los supermercados locales.